22 de febrero de 2010



Vampiros



Desde que era muy ch
iquita las películas de terror me
fascinaron, en realidad me impactaban
, o mejor dicho me conmocionaban
. Disfrutaba verlas porque me entretenían y acaparaban mi atención durante hora y medio o dos horas. Pero sólo un personaje provocaba miedo y ansiedad en mi . Y ese personaje era Drácula. Cuando veía una película de Drácula, que en realidad las vi todas, por lo general quedaba muy sencibilizada. Cuando fui adulta empecé a trabajar sobre este temor, quería comprender qué era lo que me asustaba de Drácula. Pensé en su figura representada por un hombre alto y atractivo. Un hombre sensual con una gran influencia sobre las mujeres y al que se lo veía muy elegante con su capa negra y un smoking impecable, aunque mostrara sus blancos colmillos ¿Eso era lo que me asustaba?. No, no lo era. Hasta que comprendí el elemento que me molestaba. La sangre fluído fundamental para nuestra existencia era arrebatada a las víctimas. Estas ignoraban que iban a ser robadas por ese gentil hombre, y por lo tanto bajaban la guardia y se entregaban cayendo en una especie de letargo donde "todo estaba bien, y era maravilloso".
Robar la sangre, la ese
ncia de la vida, por el dominio de un hombre que aplica poder y usurpa la voluntad, eso era lo que me provocaba temor. Caer bajo la influencia de ese hombre llamado Drácula o Nosferatu, perder la voluntad, la existencia, convertir la vida en lo que el otro quiere y servirle como sustento, esto me provocaba miedo y asco.
Por supuesto que estas son sensaciones que funcionan más allá de una película, el ser humano también quiere muchas veces apoderarse de la individualidad del otro y someterlo hasta anularlo, y que yo sepa lieralmente no le chupa la sangre. Las guerras son el mejor ejemplo de una película de Drácula llevada a la realidad.
Dejé el tema de lado por muchos años, incluso después de ver muchas versiones y remakes.
El libro Entrevista con un Vampiro, siempre estuvo en casa, y dio vueltas y pasó de uno a otro, pero yo nunca lo quise leer. Hasta que una vez mi hijo insistió para que lo hiciera. Accedí y me encontré con un mundo vampírico diferente al percibido en el pasado.
Anne Rice, además de ser una excelente escritora, supo dibujar la personalidad del vampiro y la conversión del ser humano a vampiro.
Básicamente el vámpiro es una víctima que tiene ciertos poderes pero no todos. El vampiro po
r lo general no quiere serlo, hay alguien que lo convierte por diferentes motivos y así nace a una nueva vida llena de oscuridad, de sed y de soledad.
Tanto en Entrevista como en Lestat el Vampiro, Rice muestra un vampiro que tiene sed, pero además tiene el profundo dolor por tener que matar para alimentarse hasta el punto de pasar hambre para no hacerlo.
La soledad del vampiro, el no poder enamorarse o no poder establecer vínculos con humanos, lo entristece y lo lleva a refugiarse en una soledad que lo atormenta.
Esta imagen de vampiro es la que me capturó, porque lo veo muy similar al ser humano con sus penas y soledades. En definitiva no existe tanta diferencia, excepto que no es habitual entre nosotros los humanos succionarnos la sangre ¿o si?

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