25 de febrero de 2010

Anne Rice y Lestat el vampiro

Como decía en el post anterior, la imagen del vampiro cambió para mi desde que leí a Anne Rice. Creo que esta escritora supo reflejar muy bien las debilidades del ser humano en la figura vampiresca. Cuando leí a Lestat realmente me sorprendió, a pesar que Entrevista con un vampiro ya ofrece un lineamiento diferente. Pero con Lestat, Rice se inspiró. Presenta a un muchachito de mediados del mil setecientos, perteneciente a una familia de la aristocracia francesa, pero venida a menos. Nos muestra a un Lestat de veinte años, fuerte, cazador, aguerrido pero muy humano y con un comportamiento propio de su edad. Hasta que es convertido y es aquí donde la autora supo integrar el cambio generado por la conversión, la crisis, la angustia, la soledad y la víctima. El martirio de un jovencito que de repente todo cambió en él, menos sus sentimientos y amores más profundos.
Me impactó como Anne Rice toca temas como el sacrificio y la redención y su consecuente sufrimiento. Así como la culpa, la lucha contra el deseo desbordado y la voracidad.
Es interesante el sentido que le da al Amor y al sexo. Estos vampiros como los de la antiguedad no tienen sexo fisico, eso es un invento actual, el sexo lo viven cuando se alimentan del otro y experimentan un goce intenso y revitalizador. Pero en este mundo no existe una diferencia heterosexual y homosexual. Un vampiro puede amar de la misma manera a un hombre como a una mujer, indistintamente. Creo que Rice aquí apuntó a la igualdad de sexo en el amor, dio un salto sobre prejuicios sociales y culturales y mostró de una forma simple y clara que el amor por el otro es más abarcativa que lo que encontramos en el simple amor sexual o romanticismo. Ya que los protagonistas a través del tiempo y de los siglos logran enamorarse no sólo de una persona o de otro vampiro, sino que lo hacen de sus condiciones, de su historia y del respeto que puedan sentir por el otro. Es admirable como este tema a veces espinoso y que en muchos libros aparece recargado de explicaciones o de sexo artificial, aquí es la emanación o fluido natural de la energía afectiva y creativa. Aunque también deja en claro, que ellos no pueden amar totalmente, mas Lestat lo hace, Armand también y otros tanto.
Considero que Lestat es un libro imperdible, con un montón de recursos, de intrigas, de pi
cos que suben y bajan al lector haciéndole preguntar ¿y cómo termina esto?.
Lo recomiendo porque cuando lo finalicé llegué a la conclusión que en definitiva cualquier personaje de ficción y de horror, es menos temible que el ser humano.

22 de febrero de 2010



Vampiros



Desde que era muy ch
iquita las películas de terror me
fascinaron, en realidad me impactaban
, o mejor dicho me conmocionaban
. Disfrutaba verlas porque me entretenían y acaparaban mi atención durante hora y medio o dos horas. Pero sólo un personaje provocaba miedo y ansiedad en mi . Y ese personaje era Drácula. Cuando veía una película de Drácula, que en realidad las vi todas, por lo general quedaba muy sencibilizada. Cuando fui adulta empecé a trabajar sobre este temor, quería comprender qué era lo que me asustaba de Drácula. Pensé en su figura representada por un hombre alto y atractivo. Un hombre sensual con una gran influencia sobre las mujeres y al que se lo veía muy elegante con su capa negra y un smoking impecable, aunque mostrara sus blancos colmillos ¿Eso era lo que me asustaba?. No, no lo era. Hasta que comprendí el elemento que me molestaba. La sangre fluído fundamental para nuestra existencia era arrebatada a las víctimas. Estas ignoraban que iban a ser robadas por ese gentil hombre, y por lo tanto bajaban la guardia y se entregaban cayendo en una especie de letargo donde "todo estaba bien, y era maravilloso".
Robar la sangre, la ese
ncia de la vida, por el dominio de un hombre que aplica poder y usurpa la voluntad, eso era lo que me provocaba temor. Caer bajo la influencia de ese hombre llamado Drácula o Nosferatu, perder la voluntad, la existencia, convertir la vida en lo que el otro quiere y servirle como sustento, esto me provocaba miedo y asco.
Por supuesto que estas son sensaciones que funcionan más allá de una película, el ser humano también quiere muchas veces apoderarse de la individualidad del otro y someterlo hasta anularlo, y que yo sepa lieralmente no le chupa la sangre. Las guerras son el mejor ejemplo de una película de Drácula llevada a la realidad.
Dejé el tema de lado por muchos años, incluso después de ver muchas versiones y remakes.
El libro Entrevista con un Vampiro, siempre estuvo en casa, y dio vueltas y pasó de uno a otro, pero yo nunca lo quise leer. Hasta que una vez mi hijo insistió para que lo hiciera. Accedí y me encontré con un mundo vampírico diferente al percibido en el pasado.
Anne Rice, además de ser una excelente escritora, supo dibujar la personalidad del vampiro y la conversión del ser humano a vampiro.
Básicamente el vámpiro es una víctima que tiene ciertos poderes pero no todos. El vampiro po
r lo general no quiere serlo, hay alguien que lo convierte por diferentes motivos y así nace a una nueva vida llena de oscuridad, de sed y de soledad.
Tanto en Entrevista como en Lestat el Vampiro, Rice muestra un vampiro que tiene sed, pero además tiene el profundo dolor por tener que matar para alimentarse hasta el punto de pasar hambre para no hacerlo.
La soledad del vampiro, el no poder enamorarse o no poder establecer vínculos con humanos, lo entristece y lo lleva a refugiarse en una soledad que lo atormenta.
Esta imagen de vampiro es la que me capturó, porque lo veo muy similar al ser humano con sus penas y soledades. En definitiva no existe tanta diferencia, excepto que no es habitual entre nosotros los humanos succionarnos la sangre ¿o si?