15 de enero de 2009

Seres de otros planos - continuación


Hablé de personas que públicamente como Gasparetto, tratan el tema de seres de otros planos. En lo personal puedo decir que tuve mis experiencias y no tengo problema en relatarlas. Pero hay un alto porcentaje de personas que admiten haber tenido contactos y vivencias desde diempre, sin embargo prefieren guardar silencio.
Yo, no me encuentro en ese porcentaje y pienso que es muy lindo poder compartir, es una forma de enriquecernos, estemos o no de acuerdo con lo que otros cuentan. El punto es poder tener un espacio donde hablar de "estos temas".
Y voy a comenzar con una de las más suaves.

La mujer en la escalera

Tenía una amiga que estaba con algunos problemas físicos, que finalmente solucionó. Era una mujer casada, con dos hijos casi adultos.
Los sábados acostumbraba ir a verla y hacerle un poco de compañía, porque el resto de la familia trabajaba o tenían otras actividades.
A mi amiga le habían indicado repos
o por ese tiempo.
Vivía en una casa, que en planta baja tenían el negocio familiar, y arriba habitaban ellos. La entrada al negocio era muy grande y al lado aparecía una puerta menos llamativa, que era la entrada a la casa, a la que se llegaba ascendiendo por una larga escalera.
Habíamos pasado una tarde amena, llena de comentarios y más comentarios y de pronto llaman al portero eléctrico. Mi amiga atiende y cuando vuelve hacia mi me pide por favor que baje a recibir unas empanadas y pizzas que había encargado para la cena de esa noche. Tenía una perra hermosa a la que llamaban "Mujer", y el animalito me quería mucho, cuando yo llegaba siempre se ponía a mi lado para que la acariciara.
Me dio las llaves para abrir la puerta de abajo y bajé acompañada de Mujer, que contenta pensaría que saldría a dar un paseo.
Cuando llegué abajo abrí la puerta y en ese instante sentí a mis espaldas una extraña sensación, me volví y vi en la mitad de la escalera a una mujer, parada con los brazos extendidos, sujetándose de los pasamanos de ambos lados. Tenía el cuerpo un poco inclinado hacia delante y vestía un camisón con una bata, un poco transparente. Era muy delgada y su cabello era corto y rizado. Me quedé mirando esa imagen que internamente sabía que no era de este mundo, cuando me hizo volver en mi el ladrido de la perra, que mirando lo mismo que yo, gruñía con enojo. El hombre del delivery me entregó las cuatro cajas con empanadas y pizzas. Recuerdo que hizo el comentario de que era una perrita guardiana, lo miré, no dije nada y giré nuevamente mi cabeza hacia la escalera. Ahí estaba todavía. La perra continuaba ladrando. Le pagué y cerré la puerta. Con la mano libre acaricié la cabeza de Mujer y le pedí que subiera conmigo. Al enfrentarme nuevamente a la escalera ya no estaba, había desaparecido. Tengo que reconocer que subí con cierta desconfianza y una sensación de temor me abrazó. Con la perrita pegada a mis piernas, ambas subimos hasta llegar a la casa.
Dejé las cajas en la cocina y me desplomé en un sillón. No me había dado cuenta de lo frío que estaba mi cuerpo. Cuando se lo relaté a mi amiga, pensó que le estaba haciendo una broma, pero al ver mi estado se asustó por mi y me costó mucho evitar que bajara.
En la casa la única persona que estaba era ella y el negocio estaba cerrado. Es decir que estábamos mi amiga, la perra y yo, nadie más. El animal ladró enfurecido, esa mujer era desconocida para ella. Mi amiga era una mujer gordita, de hermosa cabllera rubia aleonada. La mujer que yo vi era muy delgada y con el cabello rizado y oscuro.
¿Quién era esa mujer?, ¿Qué quería dejándose ver?. Desapareció al ver que me aproximaba a ella. Quizás la atravesé pero no la vi al subir las escaleras. Recuerdo que sentí frío, soledad y tristeza. Cuando llegué a mi casa le dediqué una oración. Esa alma quizás pedía ayuda, quizás, no lo sé.



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